jueves, 31 de marzo de 2011

La Encuesta simple

No tienes por qué ser de la misma opinión que tu mujer, por ejemplo. A ti puede gustarte el queso apestoso y a ella darle angustia. Tampoco tienes que coincidir en gustos musicales con tus amigos, y a veces discutirás con ellos para decidir la hora a la que vais a quedar para tomar una caña. A veces no compartirás la manera de ver de tus padres o de tus hermanos. En alguna ocasión te enfrentarás con un fulano que te ha quitado el sitio para aparcar, aunque tú lo habías visto antes, o se enfadarán contigo porque se lo has quitado tú al otro. Unos votarán siempre a un partido, y otros al contrario. Cada uno tendrá su forma de entender la vida. Hay gente organizada, desordenada, gandula y activa. Hay gente más o menos simpática, más o menos divertida, más o menos cariñosa.

Hay de todo en todas partes, pero estoy seguro de una cosa: si se hiciera una encuesta sobre si a la gente le parece bien que cada minuto mueran personas de hambre en alguna parte del mundo, que se talen varias hectáreas de árboles y que se extingan especies animales que jamás volverán a aparecer, todos o la inmensa mayoría de la gente diría que no, que no les parece bien. Si se preguntara a la gente si le parece bien que haya personas esclavizadas y maltratadas, que haya países donde no existe la libertad ni se respeta los derechos humanos, todos o la inmensa mayoría de la gente diría que no, que no les parece bien. Si se preguntara a la gente si le parece bien que estemos muy cerca de llegar a un punto de no retorno para el planeta, y que la vida en la Tierra será cada vez más dura hasta hacerse imposible para el ser humano en un corto espacio de tiempo, todos o la inmensa mayoría de la gente diría que no, que no les parece bien.

¿Cómo es que nadie ha elaborado una encuesta semejante? Que yo sepa nadie lo ha hecho, ni siquiera los americanos, que son capaces de hacer encuestas absurdas sobre las gilipolleces más grandes jamás imaginadas. Bueno, pues con encuesta o sin ella, no entiendo que estando todos o casi todos de acuerdo en esos temas, que son los más importantes, no seamos capaces de cambiar la deriva de los acontecimientos. No me entra en la cabeza, la verdad, que seamos capaces de indignarnos por asuntos menores, y que no nos indignemos con mayor frecuencia e intensidad por asuntos en los que todos o casi todos estamos de acuerdo, y que por tanto, entre todos podríamos cambiar. Claro, pronto llegará el que diga que es imposible y que no puede ser. El pragmático que diga que no es tan fácil. Pero pijo, si TODOS estamos de acuerdo, ¿no puede ser? Quizá es que soy muy simple, y sinceramente, para este tipo de cosas espero no dejar de serlo.

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Crisis de valores y de sistema.