lunes, 30 de mayo de 2016

Mis apuntes sobre el CBM 1 - Real Madrid 1



Carlos Cabezas, un tío que lo ha ganado todo sobre una pista de baloncesto, aplaudió a la grada con los ojos empañados tras la primera victoria del CB Murcia en unos cuartos de final del Play Off por el título de la ACB. ¿Cómo lo explicamos? Las hadas llevan 30 años rondando a nuestro equipo pero últimamente parece que han decidido quedarse durante más tiempo. Esas hadas que tocaron en noches legendarias al CBM, que lo hicieron agrandarse y reponerse a situaciones imposibles, las mismas hadas que lo auparon cuando nadie daba un duro por él, han bañado el alma de estos jugadores y los han hecho de acero, pero con un corazón grande y una sed imparable de victoria. Da igual si en el pasado tuvieron éxito o no con otros equipos, da igual si tienen molestias y dolores, da igual si delante tienen un rival con un presupuesto multimillonario, da igual si se ven abajo en el marcador o si los árbitros les pitan cosas que al contrario no. Siguen luchando sin descanso.

En estos casos recurrimos a la mitología porque está en nuestra genética desde tiempos inmemoriales, porque hay cosas que no controlamos y que nos conectan a los enigmas de la vida y de la naturaleza. El azar, la suerte... Creemos que la invocamos cuando llevamos a cabo nuestras manías, nuestras 'rutinas', decimos, para que no parezca que estamos locos. Pero lo cierto es que detrás de este CB Murcia que encandila a propios y extraños, más que hadas, hay muchos años de pelea, de encaje de bolillos económicos, deportivos y hasta políticos, y en tiempos más recientes, de trabajo serio y riguroso por parte de un entrenador de lujo como Fotis Katsikaris. El griego es el que ha tocado con su varita a estos jugadores, y si está obteniendo lo que quiere es porque esos jugadores tienen lo que hay que tener.

El carácter

El carácter de este grupo humano se demuestra en cada jugada. Se demuestra en esos ojos llenos de lágrimas de Cabezas o en sus rabiosas celebraciones a triples y bandejas sobre la bocina. Se demuestra también, por ejemplo, cuando Antelo falla un triple, y falla otro, y en la siguiente jugada vuelve a tirar y la clava de tres. Se demuestra en Radovic cuando lanza con ira el balón y grita a un compañero porque le ha impedido coger un rebote. El rebote, ese factor en el que vemos el ansia de un equipo por ganar... En algunos rechaces del segundo partido contra el Real Madrid, saltaron hasta cuatro jugadores del CB Murcia a la vez para capturar el balón. El carácter es Sadiel Rojas, a quien, claro está, la prensa madrileña amarilla y pseudo deportiva que se calza el presidente Rajoy ya ha señalado con el dedo de uña larga con el que se urgan la nariz o se sacan el cerumen de la oreja. Rojas juega duro y defiende con el alma. Igualadlo.

Balones a Faves

Tras una sinfonía perfectamente ejecutada por una orquesta, es muy difícil destacar a un violín, al de los platillos o al del violonchelo. El CB Murcia está haciendo contra el Real Madrid un trabajo coral y cada uno dispone de su momento y se marca su solo cuando procede: lo hicieron Kelati y Wood en momentos decisivos, que hubo muchos, y Rojas con sus triples, y Cabezas, y Radovic -sus rebotes ofensivos, su tapón a Hernangómez, su triple...-, y Benite, y Antelo, y Lischshuk, y el portentoso Facu Campazzo, cuya magia impregna al equipo esté él en pista o no, pero en el segundo partido de la serie hubo un jugador fuera de serie a pesar de sus problemas físicos: Vítor Faverani.

Excepto en el último periodo, Faverani empezó anotando para Murcia en todos los cuartos, bien fuera con balones interiores o con rebote ofensivo y canasta. Y eso que, insisto, según dicen, no está físicamente a tope. Aquí hay que subrayar un hecho que se ha dado esta temporada y que a mí durante en pasado otoño, y sobre el papel, no me gustaba nada de nada: la posible salida de Lima. Ya dije en su momento que no me parecía bien esa operación, que mentalmente podía influir en el propio jugador y en su equipo mermando las opciones de hacer una buena temporada. Que era un elemento que desequilibraría al CB Murcia. Pero, y aquí chapó para los gestores del club, tras la marcha de Lima vino Faverani y ha resultado un acierto mayúsculo. Todos han aportado, insisto en el carácter coral de este equipo a las órdenes de Fotis, pero sin Faverani no sé si el CBM habría llegado hasta aquí.

Nerviosetes

Los jugadores del Real Madrid tendrán que recuperarse del partido cerca de un aseo, porque los nervios suelen provocar trastornos estomacales y visitas constantes al señor Roca. Y cuando estén en disposición de alejarse del W.C, tendrán que practicar el tiro libre. Van a tirar cientos de ellos en esta serie contra Murcia. Especialmente sangrantes me parecen los de 2+1, y si he de pedir algo a los jugadores del CBM, es que se cuiden de mirar a su rival cuando los superen y estén en ventaja ante el aro. Que bajen los ojos al suelo y los dejen anotar, porque si no, seguiremos en esta dinámica de 2+1 constantes.

En el Real Madrid están nerviosetes, ya no lo pueden disimular. Me quedé con un detalle casi al principio del segundo partido, cuando Noccioni pasó de escuchar lo que decía Pablo Laso en un tiempo muerto a pesar de que el entrenador lo llamó a gritos: "¡Ven aquí! ¡Ven aquí!". Los nervios ya fueron patentes a tres minutos del final del choque, cuando el Real Madrid iba cinco abajo. Mientras Fotis Katsikaris trazaba líneas sobre su pizarra y daba instrucciones sin esconderse, y mientras sus jugadores estaban demasiado concentrados escuchándolo como para darse cuenta de las cámaras de televisión, los del Real Madrid se afanaban en tapar la pizarra para que los telespectadores no viéramos qué preparaba Laso. Carroll se esforzó al máximo en eclipsar la imagen con su toalla, y hasta tocaron el objetivo y giraron la cámara. Qué malos son los nervios.

Y sobre lo malos que son los nervios, puede hablar Gustavo Ayllón. Ya en el primer partido de la serie, de manera fortuita, Lischsuk golpeó al pívot madridista y éste lo miró amenazante y barriobajero y lo invitó a verse luego, no sé si en la calle o en los vestuarios. El pívot del CBM no torció el gesto porque él no va de ese palo. Pero Ayllón, ¡Ay! Ayllón... Un gran jugador atacado por los nervios, se intentó enganchar con Campazzo y le soltó el codo a Rojas en la cara. Si sigue igual de desquiciado en el tercero, estará prestando un buen servicio al CBM..

Los 20 euros

La afición murciana ha estado siempre implicada, incluso en los peores años de LEB. Este mismo año ha poblado las gradas del Palacio de los Deportes de manera masiva. Ya dije el otro día que no entiendo el afán de hacer caja en un partido como el CB Murcia - Real Madrid, ni siquiera aunque se plantee como una prueba al estilo de las hermandades americanas: "Si quieres entrar en el club, demuéstralo y cómete mil perritos calientes". No, la cosa no funciona así. Tampoco funciona revistiendo la decisión de sablear a los abonados con lo de que los 20 euros eran un pago a cuenta de un futuro abono para el que aún no se sabe el precio. Una pena que a finales del mes de mayo, cuando se pagan impuestos como el de circulación o se trata de hacer equilibrios para poder pagar el IBI, se haya intentado hacer esta operación absurda e innecesaria. Y una pena que con ello se haya impedido ver las gradas llenas hasta arriba, que es lo que se merecía tanto el equipo como los aficionados. Tomen nota, gestores.

77-74

Hay marcadores imposibles de olvidar, igual que el número de teléfono fijo que tenías hace treinta años o la matrícula del primer coche familiar del que tienes recuerdos. Durante nada menos que tres minutos, en el último cuarto, el electrónico del Palacio de los Deportes de Murcia marcó un 77-74 de leyenda. Ese fue el resultado de la primera victoria del CBM sobre el Real Madrid. Un buen presagio que se vio refrendado con el 91-87 final.

A Madrid

Si hay que dar las gracias al propietario UCAM por su apuesta por el baloncesto, también hay que darlas a los otros pequeños patrocinadores que han costeado los viajes a Madrid para ver el primer y el último partido de la serie contra el Real Madrid. Siete euros viaje y entrada, tres veces menos de lo que le costaba a un abonado ver el segundo.

En Murcia ya va haciendo calor, pero yo llevo varias noches durmiendo abrazado a mi bufanda roja con el escudo de mi equipo, el CB Murcia. Hoy repetiré, y pase lo que pase, mañana también. Y al siguiente la bufanda volverá al salpicadero de mi coche para mostrar el orgullo de pertenecer a este club, juegue la Eurocup o la liga EBA. ¡Seguimos!

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Crisis de valores y de sistema.