viernes, 18 de mayo de 2012

Equo Murcia busca un espacio en la sociedad

Nota: esta entrada es una práctica de Periodismo (como otras que he ido colgando). El género de este texto es el de la crónica política, y lo elaboré a partir de una reunión de la Mesa de Coordinación de Equo Región de Murcia a finales de abril.


No toda la actividad política se desarrolla en el seno de las instituciones ni en la sede de los grandes partidos. Hay formaciones sin representación municipal, autonómica ni estatal, que luchan por mantener viva su acción aunque sea de manera casi clandestina, y que afrontan un trabajo duro y doble: por un lado, hacerse visibles en la sociedad e influir en la toma de decisiones de los gobernantes, y por otro, no dejar de trabajar en su estructura y en su organización interna. Esa es la situación actual de Equo Región de Murcia, el partido ecologista fundado en octubre de 2011, cuya cara visible a nivel nacional es Juan José López de Uralde, ex presidente de Greenpeace España -todo el mundo lo recuerda por su irrupción en la Cumbre del Clima de Copenhage-, y que en nuestra región tuvo como cabeza de lista en las pasadas elecciones generales a Inmaculada Perán.

Bebidas ecológicas, papeles e ideas en la reunión de Equo Murcia


La Mesa de Coordinación de Equo reunió ayer por la tarde a once de sus miembros en un restaurante de la ciudad de Murcia. Entre los temas de la agenda se encontraban la  preparación de la asamblea regional del partido -que tendrá lugar el 2 de mayo-, la coordinación de sus grupos de trabajo -que se reúnen todas las semanas-, y la forma de aportar iniciativas a la Comisión de Desarrollo Socioeconómico que creó el Ayuntamiento de Murcia a inicios de legislatura, a propuesta del grupo municipal socialista. Y todo ello con un objetivo permanente de fondo: seguir creciendo.

Crecer por dentro y por fuera no es fácil para un partido nuevo. La estructura de Equo podría parecer un obstáculo, aunque el único impedimento que genera su horizontalidad -y que es asumido por los miembros del partido- es la mayor lentitud del proceso. Cuanto más horizontal sea Equo, más tardará en organizarse y en crecer, pero se supone que de ese modo sus cimientos y su estructura serán más sólidos. Uno de los lemas del “15-M” se podría aplicar perfectamente al modus operandi y vivendi de Equo: “vamos despacio porque vamos lejos”. Sin embargo, la mayor dificultad radica en el poco dinero que con el que cuentan, así como en la falta de representantes en las instituciones y en la búsqueda de un espacio propio, tanto físico como político. “Todo es más difícil sin dinero”, afirmó anoche Perán con resignación; desde la campaña electoral en las elecciones generales, hasta los desplazamientos -el próximo, a Madrid, le llevará al Primer Congreso Federal de Equo- es sufragado por los bolsillos de sus miembros y por el dinero obtenido de sus afiliados -en Murcia cuentan con unos 70 socios-. Al no tener dinero tampoco pueden tener una sede, de manera que su trabajo tiene lugar en bares y cafeterías. Tampoco ayuda la ausencia de Equo en las Cortes, circunstancia que se comprueba en sus reuniones: un partido político que contó con el respaldo de cerca de 300.000 votos en las elecciones generales del 20-N -de los que unos cuatro mil fueron murcianos- pero que no tiene representación parlamentaria, es como un superhéroe sin superpoderes; como superman sin su capa. Todo se complica porque las ideas no pueden llegar a materializarse, aunque sus miembros no se muestran deprimidos. Muy al contrario: la Mesa de Coordinación de Equo es como una reunión de vecinos, pero con ilusión y sin ganas de acabar cuanto antes y de refugiarse en el sofá de casa. Allí no se habla de derramas ni de la limpieza de la escalera sino de un gran proyecto ideológico, expresado con más o menos concreción en gestos, planes, objetivos... Al llegar a la cita, todo el mundo se estrecha la mano o se da dos besos; todos se miran a los ojos y se llaman por su nombre. La horizontalidad, a pesar de su considerable número de votos, se percibe en la falta de aparatosidad y en la sencillez de las formas, alejadas del ritual estético de los grandes partidos. Pero sin herramientas es muy difícil.

Trabajar para participar
Y participar para trabajar. La conquista del espacio político en un partido sin representación obliga a no detenerse. Y uno de los puntos que trató anoche Equo Región de Murcia fue la invitación de Izquierda Unida para participar en la Comisión Municipal de Desarrollo Socioeconómico. Dicha Comisión, que creó el ayuntamiento de Murcia -PP- a propuesta del PSOE, está formada por los cuatro partidos con representación municipal -los tres citados y UPyD-, pero se quiere abrir a las propuestas de otras formaciones políticas, asociaciones y colectivos de índole variada, con el fin de ofrecer alternativas y canalizar ideas que sirvan de revulsivo a la ciudad en estos tiempos de crisis. Varios miembros de la Mesa de Coordinación de Equo expresaron sus reticencias, en cuanto a que llegar a la Comisión de la mano de otro partido podría desdibujar la independencia y la propia idiosincrasia de la formación ecologista. También hubo quien lo analizó en sentido contrario: Equo podría servirse de dicha invitación para aumentar su visibilidad y atraer a posibles simpatizantes con sus propuestas. Ahora bien, el argumento que todos compartieron es que “al menos así nos ponemos las pilas”, porque estar fuera de las instituciones no debe dejarte fuera de juego. A Equo le aguardan días intensos de trabajo en Internet con la “Equomunidad”, otro de sus ambientes naturales, para elaborar sus propuestas y presentarlas a la Comisión y a Murcia. “Utopía” fue una de las palabras más repetidas en la reunión, siempre con la esperanza de verla convertida en realidad.

Un vegetariano (este es el título de un pequeño despiece dentro de la crónica)

El restaurante vegetariano La Casa de Murcia (calle Acisclo Díaz, esquina con Gómez Cortina) fue escenario de la reunión de la Mesa de Coordinación de Equo; y más que vegetariano, vegano. Para los legos en la materia: el vegano rechaza todo alimento de origen animal -como huevos y lácteos- además de prescindir del pescado y la carne. En La Casa, y a medida que los pequeños cuadernos iban cazando las ideas generadas por el debate, la mesa se fue llenando de bebidas ecológicas, como los refrescos de litchi y de cola; no son nada baratos pero saben bien y sientan mejor.

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Crisis de valores y de sistema.